¿Necesitas un pintor?
En toda reforma de una casa, una de las decisiones más importantes que hay que tomar es cómo decorar las paredes. Y es que, en función de la elección que se haga, se pueden conseguir resultados muy diferentes.
En este artículo vamos a analizar dos opciones muy comunes: pintar y empapelar las paredes. Hablaremos de las ventajas e inconvenientes de cada una, cuándo es más recomendable optar por uno u otro método y algunos trucos para conseguir el resultado deseado.
Pintar las paredes
La pintura es una opción muy habitual en las reformas. Y es que, a pesar de que pueda parecer sencillo, conseguir un buen acabado no es tarea fácil. Sin embargo, si se sabe cómo, puede ser una de las opciones más económicas y efectivas.
Ventajas de pintar las paredes
- Elección de colores: la pintura ofrece una gran variedad de tonalidades, por lo que se puede elegir la que mejor se adapte a los gustos y necesidades de cada uno.
- Personalización: se pueden crear diseños únicos, como rayas, puntos o dibujos, que no serían posibles con el papel pintado.
- Recubrimiento completo: la pintura se adhiere completamente a la pared, sin dejar espacios vacíos
Inconvenientes de pintar las paredes
- Manchas: la pintura es más propensa a mancharse, ya que no tiene una capa protectora como el papel pintado.
- Dificultades para los no profesionales: para conseguir un buen acabado es necesario tener experiencia previa o contratar a un profesional, lo que puede incrementar el precio final
- Menor durabilidad: la pintura tiende a desgastarse con el tiempo, necesitando más retoques que el papel pintado.
Empapelar las paredes
El papel pintado ha ido ganando terreno en los últimos tiempos gracias a la variedad de diseños que se pueden encontrar y a su durabilidad. Sin embargo, también tiene algunas desventajas que hay que tener en cuenta.
Ventajas de empapelar las paredes
- Variedad de patrones: el papel pintado se presenta en diferentes diseños y texturas, lo que permite personalizar la estancia al máximo
- Más fácil de limpiar: el papel pintado tiene una capa protectora que evita que se ensucie con facilidad, por lo que es más fácil de limpiar que la pintura.
- Mayor durabilidad: el papel es más resistente al desgaste que la pintura, por lo que no necesita tantos retoques.
Inconvenientes de empapelar las paredes
- Precios elevados: el precio del papel pintado es más elevado que el de la pintura.
- Dificultades para su colocación: aunque es fácil de colocar, si no se tiene experiencia el resultado puede ser deficiente.
- Falta de personalización: el papel pintado no permite crear diseños únicos en la pared ya que se tiene que colocar siguiendo patrones predeterminados.
En definitiva, la elección entre pintar o empapelar las paredes dependerá de varios factores, como el presupuesto, la personalización deseada, la durabilidad o la experiencia previa del realizador de la reforma. Si se decide pintar, es importante contar con las herramientas necesarias y tener experiencia en el proceso de aplicación. Si, por el contrario, se opta por el papel pintado, es importante encontrar un patrón que se ajuste a las necesidades y tener experiencia en su colocación o contratar a un profesional.
De cualquier modo, lo importante es conseguir un resultado cómodo, personalizado y que se adapte a los gustos y necesidades de quienes vayan a habitar la casa.
Por cierto, ¿sabían que Vincent van Gogh, el famoso pintor neerlandés, empapelaba las paredes de su estudio en Arlés con sus propios cuadros? ¡Nunca dejó de sorprendernos!